Mirada Historica "EL GRITO"
En la obra El grito de Munch la
primera impresión nos muestra el acontecimiento que el artista desea dejar en
la historia: su infancia fue muy
difícil, marcada desde forma temprana por la muerte, pues tanto su madre
como su hermana murieron de tuberculosis.
Es normal que esta idea, la de la
muerte, sea constante. La muerte y sus consecuencias, la orfandad, la
soledad que deja en su entorno, poblado de oscuros fantasmas que, como un hado
irreversible, condiciona el futuro trágico de sus personajes.
A esto hay que unir un padre
colérico y de una moralidad estricta que condicionaría su educación, en la que
lo emocional siempre fue desatendido.
No nos puede sorprender que, tras
esta infancia y juventud, Munch tuviera una madurez marcada por el alcoholismo
y las reiteradas crisis nerviosas en las que el mundo se volvía hostil (como
nos narra en el Grito) a la vez que se convertían en una amenaza
constante, como sombras que siempre le acompañarán.
Para cerrar su tragedia, Munch
siempre mantuvo un profundo recelo hacia la mujer y las relaciones sexuales (vistas
de una forma agobiante, cercana al pecado pero también la muerte).Para
conseguir la comunicación del sentimiento Munch recurre a todo tipo de aspectos
formales que creen inquietud en el espectador. De esta manera opone rectas
a curvas o colores cálidos a otros fríos, creando un fuerte contraste entre
ellos. Igualmente, la perspectiva acelerada hace que la visión no pueda
centrarse en un solo punto y vaya moviéndose por diagonales y curvas que
generan un movimiento tenso y compulsivo, semejante a la agitación interior que
sufre el personaje.
De esta manera, el exterior se
deforma, como si su angustia se comunicara hacia el paisaje que, con sus
colores arbitrarios, nos refleja, más que un entorno, un estado de ánimo.
Toda esta forma subjetiva y
profundamente pesimista de entender el mundo que comienza en el mundo romántico
se mantiene en prerrafaelistas y simbolistas para reaparecer en autores
contemporáneos (como el propio Van Gogh, con características formales y
temáticas semejantes)
Su obra será uno de los puntos de
arranque desde el que se desarrollen la obra de otros autores (El Puente,
Ensor, Kokoschka) hasta llegar a sus manifestaciones más radicales en el expresionismo
abstracto posterior a la II Guerra Mundial o Bacon.
El grito ha sido su obra más
conocida. Fue concebida tras una experiencia de terrible conmoción interna. Él
la registró en sus diarios:
«Iba por la calle con dos amigos
cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un
estremecimiento de tristeza. Un dolor desgarrador en el pecho. Me detuve; me
apoyé en la barandilla, presa de una fatiga mortal. Lenguas de fuego como
sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron
andando, y yo me quedé temblando de miedo. Y oí que un grito interminable
atravesaba la naturaleza».
Munch describió lo que había
pretendido con su pintura: «En mi arte he intentado explicarme la vida y su
sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida».
Visitar su exposición te produce
eso. Te invita a no aguantarte la angustia, ni la ansiedad, ni el dolor en
ninguna de sus facetas. Te invita a que te permitas liberarte pegando el más
desgarrador de los gritos.
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